– CONTINUISMO –
Ayer, además de la final del «Eurobasket» 2015 en la ciudad de Lille, Francia, con la merecida victoria de la selección española de baloncesto que los convierten en tricampeones de Europa, en Grecia hemos celebrado las segundas elecciones al Parlamento este año:
Ha ganado Syriza otra vez con un 35,46% de los votos, que se traduce en 145 escaños, frente a los 75 de los conservadores de Nueva Democracia. Syriza ha perdido solo 4 escaños con respecto a las elecciones del 25 de enero y ND solo ha perdido uno. Los neonazis griegos se quedan como estaban en la tercera posición, pero con un escaño más, seguidos con 17 escaños por la coalición del PASOK y DIMAR, que han tenido que aliarse para no desaparecer por completo. Pese a todo lo ocurrido en estos últimos ocho meses en Grecia, la nueva votación no ha cambiado las tres primeras posiciones del Parlamento heleno. Por consiguiente, el pueblo griego ha ratificado a Tsipras y su partido en el Gobierno. Ahora los medios de comunicación dominantes en Grecia ya pueden ir comiéndose con tzatziki sus tendenciosas encuestas que daban la victoria a ND. Por su parte, Tsipras para gobernar tendrá que pactar otra vez. Parece ser que volverá a formar gobierno con los nacionalistas de derechas «Griegos Independientes» tal y como declaró anoche su líder Panos Kamenos.
¿Y ahora qué?
Después de una especie de golpe de Estado económico perpetrado por el Eurogrupo y el Banco Central Europeo al someter al pueblo griego en contra de su voluntad democrática expresada en el último referéndum, y de paso, humillar al Gobierno de Syriza como castigo ejemplar dirigido al resto de países europeos, Tsipras terminó por ceder dejando de manifiesto que ha optado por la vía del continuismo aceptando la imposición de las nefastas políticas de recortes de la Troika.
El nuevo Gobierno de Tsipras podría ahora terminar con el control del capital o «corralito», según la prensa española, que limita la circulación de liquidez en el país desde hace tres meses. Sin embargo, todo seguirá empeorando para desgracia de la gran mayoría porque antes de las elecciones Tsipras firmó un terrible tercer memorándum con el mayor plan de privatizaciones de Europa, y puede que del mundo, además de más recortes y aumento desorbitado de unos impuestos imposibles de pagar. Muchos especialistas y premios Nobel de economía, como Joseph Stiglitz entre otros, saben tan bien como los que vivimos en Grecia que actualmente somos una «colonia económica» de Alemania donde nos seguirán expoliando y explotando con el beneplácito de la ya inadecuadamente denominada Unión Europea que me decepciona y avergüenza profundamente. Conviene recordar que desde el 2010 las políticas económicas de Grecia las impone la Troika, y desde entonces, la deuda ha aumentado sin cesar hasta el 180% del PIB griego. ¡Imposible de pagar! Me gustaría equivocarme, pero ya no confío en este nuevo Gobierno de Syriza, o de cualquier otro que podría ser mucho peor, teniendo en cuenta las circunstancias impuestas por los poderes económicos situados por encima de la soberanía popular y que violan sistemáticamente el concepto real de democracia.
En contra de muchos, en Grecia todavía no se ha producido el cambio real de la política, porque no hay un movimiento ciudadano organizado importante que permita que la gente despierte, participe en la política y se «empodere» recuperando las instituciones públicas. La mayoría de los griegos están educados en la resignación y en la delegación del poder en una clase política tradicional profesionalizada. Por consiguiente, aunque sean plenamente conscientes de la grave situación que atraviesan y reconozcan las causas, son incapaces de recuperar las instituciones de las manos de corruptos y mafiosos. En esto último sí que podría ayudar Europa, pero a los líderes europeos les importa únicamente imponer planes de «rescate» que solo benefician a los banqueros alemanes, franceses y a ellos mismos ante el electorado de sus respectivos países para perpetuar los privilegios en sus gobiernos. El laboratorio de Grecia hace tiempo que da resultados dramáticos tal y como denunció el pasado 18 de diciembre de 2014 la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH). Sufrimos directamente los mecanismos del pago de la deuda que no cesan de asfixiarnos. ¡Por piedad, que no nos rescaten más!
Por otra parte, en la España de los últimos cuatro años, los ciudadanos que no se resignan han sabido ver la oportunidad de la crisis política para esforzarse en participar más y organizarse mejor para contribuir en el cambio político que se está produciendo, y que además, están logrando que se abra por fin el debate de un posible proceso constituyente tan necesario para España. Aprovecho para recordar que más del 60% de los electores españoles no hemos votado la deficiente Constitución del 78 y creo humildemente que ya va siendo hora de ir mejorando.
En España ahora toca el turno de centrar la atención en las elecciones al Parlamento de Cataluña, más allá de la cortina de humo mediática que presenta el debate electoral como plebiscito del independentismo catalán, y seguidamente en las trascendentales elecciones generales españolas. Desde Tesalónica, y con los ojos muy puestos en España, te animo a mantenerte informado al margen de la intoxicación sistemática de los medios de comunicación dominantes y me gustaría invitarte a participar en la política. Pero si no tienes tiempo, por lo menos procura estudiar bien los programas de la alternativa a los partidos políticos tradicionales del bipartidismo antes de decidir tu voto. ¡Ánimo y suerte!
¡Memoria, verdad, justicia y reparación!